jueves, 2 de julio de 2009

80. Revisitando los psiquiátricos con Tolstoy.

Hace unas semanas hablábamos de unas curiosas tarjetas postales en las que veíamos al gran Tolstoy visitando unos hospitales psiquiátricos, aunque no pudimos precisar el motivo o circunstancias de esas visitas que quedaban abiertas a la conjetura. Hicimos entonces una llamada al ciberespacio en búsqueda de cualquier pista que ampliara la información de la que disponíamos.

No ha pasado mucho tiempo para que, gracias a las capacidades biblio-detectivescas de dos seguidoras de psiquifotos, podamos intentar entender mejor las situaciones retratadas. Ana Martínez nos avisaba de la referencia a esas visitas en alguno de los diarios del escritor y sus familiares, mientras que Esther Calderón se animó a proseguir con la “investigación”. Esta última nos trascribe sus resultados a continuación.

Empezaremos por contextualizar las imágenes en una época en que literatura y psiquiatría estaban muy relacionadas. Según Irina Sirotkina en su libro “Diagnosing literary genius”, en la Rusia del s. XIX la literatura era casi el único medio para expresar la opinión pública. Los escritores se convirtieron en alguien a quien todos escuchaban, y los psiquiatras no fueron una excepción. Algunos profesionales determinaron que había personajes en las novelas que podrían ser usados directamente para ilustrar la literatura psiquiátrica, remarcando algún estudioso que, bastante antes de que algunas enfermedades tuvieran un lugar en las clasificaciones psiquiátricas, habían sido ya retratadas por escritores como Alexander Pushkin, Lev Tolstoy y Fyodor Dostoyevsky. Otros, sin embargo, percibían a los escritores como rivales y defendían la única validez de su propia experiencia ya establecida.

En este clima de debate la propia salud mental de Tolstoy fue cuestionada. Su literatura, filosofía y vida diaria no entraban dentro de los estándares establecidos. Este hecho adquirió especial relevancia cuando a finales de los 70 Tolstoy, según lo percibieron sus contemporáneos, dejó de escribir “
belles letres” y comenzó a filosofar. Por ello fue objeto de múltiples críticas por parte de distintos sectores. Los psiquiatras se dividieron, mientras unos tacharon a Tolstoy de neurótico otros le elevaban a la categoría de genio. Junto con otros seguidores, algunos psiquiatras le encumbraron como un gran psicólogo, un maestro en el retrato de conflictos psicológicos y su cura. Esto ocurría a la par de la paulatina introducción de la Psicoterapia en Rusia.

Hay quien considera que Tolstoy fue una de las primeras celebridades mediáticas. Su imagen y su voz viajaron por el mundo gracias a la fotografía, además del cine, fonografía y revistas ilustradas. Incluso su entorno más cercano se dedicó a captar cada momento cotidiano de su vida. Así su mujer reunió una foto-biografía, mientras que su discípulo Chertkov, además, reflejó en forma de tarjetas postales algunas de las situaciones en las que le acompañó, como son las que llamaron la atención de
psiquifotos.


En el Hospital Pokrof (arriba).
Sección de mujeres en el Hospital de Prokof (arriba). Entre médicos y pacientes del Hospital de Troitsa (abajo). Reproducciones de algunas de las postales de las que hablamos en la entrada anterior, del libro “Reminiscences of Tolstoy”. p. 254 y 349.


Y volviendo al “quid” de la cuestión: ¿qué hacía Tolstoy allí?. Es de agradecer que tanto Tolstoy como otros miembros de su familia escribieran diarios y contaran sus vivencias para la posteridad, que, si bien no nos dan una respuesta clara, nos permiten seguir la pista de las circunstancias en que se produjeron las visitas a los psiquiátricos.

Otra de las postales editadas por Chertkov. En este caso con Tolstoy en la casa de su amigo en Meshcherkoye. Junio, 1910.

En Junio de 1910, Tolstoy, acompañado por su hija Sasha, su doctor, y su secretario, pasó 10 días en la casa de la familia Chertkov en Meshcherskoye cerca de Moscú, tan solo 5 meses antes de su muerte. Tolstoy, quien al parecer llevaba más de un diario a la vez, hace las siguientes anotaciones respecto a las visitas:
14 de junio 1910
Comienzo un nuevo cuaderno en casa de Chertkov. Caminé a través de los campos. Estuve hojeando mi propio diario./…/ Fui andando a Liubuchany a ver a los locos. Uno muy interesante. “No lo robé, lo tomé.” Le dije: “En el otro mundo.” Él: “Sólo hay un mundo.”. Este loco está por encima de mucha gente que se considera sana….Después vino un checo con preguntas de pedagogía /…/
16 de junio 1910
No me levanté temprano, la misma debilidad./…/ A las tres me puse en camino hacia Meshérskoie a ver a los locos. Chertkov me llevó en coche. Estuve en todos los pabellones. Todavía no he analizado mis impresiones y por lo tanto no escribo al respecto. Pero las impresiones son menos fuertes de lo que esperaba. /…/
18 de junio 1910
/…/ Fui a Merhéiskoie y a Ívino con Chertkov; mujeres internadas. Un agradable escritor campesino. Y las mujeres se veían de buen ánimo. Sobre todo una, era como todo el mundo. Después una invitación de Tróitskoie para el cinematógrafo.
21 de junio 1910
/…/ Fuimos a Tróitskoie. Allá el esplendor del lujo, el cinematógrafo. Sasha tuvo dolor de cabeza. Y para mí fue pesado y aburrido. El cinematógrafo es un asco y una falsedad.

L. N. Tolstoy en una visita al psiquiátrico de Pokrov, hablando con el escritor S. T. Kuzin. Ivino, provincia de Moscú. Foto V. G. Chertkov, 1910.

Pero quien más nos amplia la información al respecto es su hija Alexandra (Sasha) que describió cómo su padre, interesado en los enfermos mentales, aprovecha su estancia en Meshcherskoye para visitar el psiquiátrico cercano y poder hablar y observar a los internos. A Sasha estas visitas le desagradaban al ver a su padre rodeado de enfermos que en ocasiones se excitaban mucho durante las conversaciones. Una pregunta que Tolstoy siempre les hacía era si creían en Dios y las respuestas que recibía en ocasiones le impresionaban enormemente. En la novela de ficción de Jay Parini “La última estación” (adaptada al cine recientemente y también basada en esos diarios), se cuenta cómo una mujer le respondió: “Yo no creo en Dios. Creo en la ciencia. Dios y la ciencia no pueden existir al mismo tiempo”. Y Tolstoy impresionado le pide a Chertkov que la anote para poder incluirla en su diario.

De Tolstaya, Aleksandra. The tragedy of Tolstoy.

Actual Hospital Vladimir Yakovenko, cerca de Meshcherskoye. Último edificio que queda en el estilo antiguo (puede ser el laboratorio). Foto Olga Yakovenko, 2009.

Ahora que tenemos a Tolstoy, más o menos ubicado, merece la pena hacer una reseña sobre ese psiquiátrico situado cerca de Meshcherskoye: Fundado por el Zemstvo (especie de autoridad local) a finales del s. XIX, era remarcablemente avanzado para su época y los pacientes, lejos de estar encerrados, eran tratados con amabilidad, tenían permitido deambular por los terrenos del hospital e incluso eran entretenidos con películas. A alguna de esas proyecciones, como hemos visto, también acudió Tolstoy aunque la película no parece que fue de su entera satisfacción. Este hospital, posteriormente, tomó el nombre de su fundador y director Doctor Vladimir Yakovenko, un psiquiatra progresista precursor de la Psicología Social en Rusia, que fue despedido por el gobierno zarista en 1906 por actividades de izquierdas.

Busto de Yakovenko en Miescherskoe. Descubierto para celebrar el 150 aniversario de su nacimiento (13.06.1857). Foto Olga Yakovenko, 2007.

Los párrafos anteriores quizás no han respondido de manera definitiva a las preguntas lanzadas al aire en la primera entrada sobre el tema, pero parece justo decir, que a partir de ahora, cuando miremos las postales, seguramente las veremos con otros ojos que las comprenderán mejor.

Sin duda que las miraremos con otros ojos y las entenderemos algo mejor, además de haber aprendido por sorpresa muchas cosas que desconocíamos. Muchas gracias por el esfuerzo y el entusiasmo.





BIBLIOGRAFIA.




Tolstoy, I. Reminiscences of Tolstoy by His Son Count Ilya Tolstoy. Translated by George Calderon. Illustrated with Numerous Photographs. The Century Co. New York, 1914. Accessible aquí.




Dole, Nathan Haskell. The Life of Count Lyof N Tolstoi. Thomas Y. Crowell Company, 1911.




Sirotkina, Irina. Diagnosing literary genius: a cultural history of psychiatry in Russia, 1880 – 1930. JHU Press, 2002. Parcialmente accesible aquí.







Tolstoy, Lev. Ancira, Selma. Diarios 1895 – 1910. Ediciones Era, 2003. Parcialmente accesible aquí.




Murrel, Kathleen Berton. Discovering the Moscow countryside: a travel guide to the heart of Russia. I.B.Tauris, 2001. Parcialmente accesible aquí.




Marks, Steven Gary. How Russia Shaped the Modern World: From Art to Anti-semitism, Ballet to Bolshevism. Princeton University Press, 2003. Parcialmente accesible aquí.






Tolstaya, Aleksandra. The tragedy of Tolstoy. H. Milford, Oxford University Press, 1933. Accesible aquí.








Панисяк И. В. ОТЕЧЕСТВЕННЫЙ ПСИХИАТР ВЛАДИМИР ИВАНОВИЧ ЯКОВЕНКО. Biografía de Vladimir Yakovenko, traducida aquí.


1 comentario:

Anónimo dijo...

y llegó Tolstoi de nuevo!
excelente investigacion, felicidades Esther y Oscar

Beatriz