lunes, 20 de abril de 2009

59. Humor, psiquiatría y fotografía.

En un artículo de 1905, "El chiste y su relación con lo inconsciente", Freud plantea que el placer del chiste surge del ahorro de gasto psíquico individual asociado a la liberación de la coerción impuesta por la represión interna, educación intelectual o la autoridad externa. Junto a ello, no podemos perder de vista el importante papel de los chistes como condensadores del imaginario social de un determinado colectivo, así como resultan un eficaz medio para salvar las convenciones que impiden exteriorizar abiertamente determinadas cuestiones consideradas tabúes. De esta forma, los chistes y narraciones humorísticas, reflejan en la mayoría de ocasiones la imagen distorsionada, los estereotipos y los falsos juicios que una determinada sociedad tiene de aquello que no controla, permitiendo, a la vez, liberarlo del temor asociado que le produce.

La enfermedad mental y los desafortunados sujetos que la sufren son conocidos temas de nuestro acervo humorístico en forma de chistes "de locos" y "de loqueros", muchas veces confundidos entre si y consoladoramente caricaturizados en sus más ingenuas, inocentes y menos dolorosas facetas. Muy frecuentes como breves narraciones verbales, también han sido reproducidos tanto en forma de texto impreso como en forma gráfica (he recogido algunos ejemplos aquí), aunque previsiblemente estos formatos son cada vez menos habituales al considerarse inconvenientes y favorecedores de actitudes y estereotipos que en nada contribuyen al desmantelamiento del estigma asociado a la enfermedad.

Una mirada detallada dirigida hacia la fotografía en su relación con el campo de la psiquiatría, nos descubre un amplio abanico de ejemplos de utilización de la misma por su potencial descriptivo, documental, evocador del inconsciente e incluso terapéutico y de los que psiquifotos viene haciéndose eco. Aún así, no es habitual encontrar ejemplos que aborden directamente el tema de la enfermedad mental desde un punto de vista humorístico, siendo más frecuente la perspectiva cruda y tremendista.

Aunque podemos asegurar que cualquier medio ha sido utilizado para reproducir bromas relacionadas con la enfermedad mental o crisis psicológicas, la fotografía no suele ser soporte o vehículo de transmisión de las mismas. Sin embargo y contrastando con lo anterior, en la historia de la fotografía, es precisamente un tema relacionado directamente con la psiquiatría uno de los primeros motivos de ironía y humor, si bien en este caso negro. Se trata de un autorretrato (mejor dicho una serie de ellos) en el que el autor se representa supuestamente tras suicidarse por ahogamiento, teniendo el honor de ser considerada como la primera fotografía de ficción con un tema representado, de alguna forma predecesora de los “Tableux vivants” de gran éxito en la época Victoriana, así como ser la primera fotografía humorística.

El autor, Bayard, había desarrollado una técnica por la que fijaba directamente una imagen positiva en papel poco antes de los descubrimientos de Daguerre. Mal aconsejado por una persona cercana al anterior, no dio a conocer a tiempo sus investigaciones, con lo que fue Daguerre y sus daguerrotipos quienes entraron en la historia y, lo que era más descorazonador para Bayard, recibieron el apoyo económico de sus contemporáneos. Este explica su desencanto en una nota que acompaña a la imagen del teatral suicidio donde relata, curiosamente en tercera persona, los motivos que le han llevado al fatal desenlace por no sentirse reconocido ni apoyado económicamente. Añade ironía al texto llamando la atención del lector sobre la coloración más oscura observable en cara y manos (moreno veraniego + insensibilidad de las sales de plata al color marrón y rojo), que atribuye a un ya iniciado proceso de descomposición.



Hippolyte Bayard. Octubre, 1840.

Las imágenes no han pasado desapercibida para fotógrafos posteriores, que se han inspirado en ellas para sus propias producciones.

© Vik Muniz (brasileño en EEUU), 2004.

© Martin Tailor (británico en EEUU), 2007.


Otro ejemplo remoto de humor fotográfico, desafortunado y cargado de menosprecio hacia el enfermo mental, es un panel francés de 1852 formado por 8 daguerrotipos de internos de un hospital psiquiátrico, ofrecido como premio de una lotería organizada por la propia institución.

Anónimo. Sin título (anuncio de lotería). c. 1852. The J. Paul Guetty Museum, Los Angeles, California.

Lo que a primera vista parece un acto de beneficencia bienintencionado, ve deslucido su filantrópico objetivo al considerar el encabezamiento del póster: “Galerie Historique”, un guiño cargado de sarcasmo si consideramos que ese tipo de apelativos eran frecuentes en la época para hacer referencia a personajes de especial significación social o renombre histórico, la frase “Au bénéfice des originaux” encierra igualmente un doble sentido, pudiendo significar en beneficio de los retratados originales o de un más genérico “originales” (excéntricos, diferentes…), completando así la desconsiderada humorada.

Más tardíamente, el collage fotográfico de supuestos "fotógrafos locos" y la utilización de imágenes con cierto potencial humorístico en si mismas, también han sido aprovechadas como base visual al que se le añaden textos más o menos acertados que pueden hacer referencia a dislates y despropósitos generalmente asociados a la locura o juegan con el contraste y absurdo, aunque tampoco esta ha sido una práctica habitual en la mayoría de publicaciones humorísticas gráficas que han explotado el tema de la locura.

Nuestras bonitas canciones interpretadas por fotógrafos locos: “María Dolores”. Del "Número extraordinario dedicado a la locura, publicado por "La Codorniz" el día de Navidad de 1949. De forma excepcional para ese ejemplar la revista se denominó “La Codornizota”.


Para la próxima entrada, ¡Una primicia de Psiquifotos. Una serie fotográfica humorística desconocida, de un autor argentino de principios de siglo!


BIBLIOGRAFIA.

Martínez Azumendi, O. Fotografía y psiquiatría. Cuadernos de Psiquiatría Comunitaria. 2008, 8 (1): 63-75. Accesible en https://1drv.ms/b/s!Ar42BtGhsUPjmv54PXAhQp3cB5Vosw?e=xkwHtA.


Martínez Azumendi, O. Humor, psiquiatría y fotografía. El amante desdeñado de S. Troisi. Norte de salud mental. 2009; VIII (33): 127-133. Accesible en https://1drv.ms/b/s!Ar42BtGhsUPjmv53LYBXsZ7RWIASZw?e=5ZpJOb.




Bajac, Q. Tableaux vivants. Fantasies photographiques victoriennes, 1840-1880. Reunion des Musees Nationaux. Paris, 1999.








Frizot, M. (Ed.). A New History of Photography. Konemann. Koln, 1998.


Marien, MW. Photography: a cultural history (2ª edición). Laurence King. London. 2006: 37-38.



Anónimo. Nuestras bonitas canciones interpretadas por fotógrafos locos: “María Dolores”. La Codorniz. 25 diciembre 1949. (IX) 424: 21. (Número extraordinario dedicado a la locura, de forma excepcional para ese ejemplar la revista se denominó “La Codornizota”).


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